La puerta del sol. La garduña.







            Decía que España truena. En el fondo estaba con la gente de la Puerta del Sol y hoy me recordaban que en la juventud abrimos una escuela de política en el pueblo para explicar Civismo y Democracia en las primeras elecciones municipales y se ganaron las elecciones democráticas; en el trascurso del tiempo, hasta hoy, han pasado mas de treinta años, y hemos comprobado como los antisistemas de aquella época, los tramontanos, actuando de submarinos en el Sistema, han engullido todas las expectativas de la Transición y hoy lo comprobamos con la existencia de La Puerta del Sol, el asunto de la trama corrupta y la crisis global. Para mí, estos jóvenes recogen aquella antorcha hoy apagada y puede que la enciendan, si es así: bienvenidos. Y nuestras ilusiones y esfuerzo en aquella época habrán servido para algo. Porque  a donde nos han llevado, sin esta llama de vida, no mereció la pena. Adelante y que nuestra experiencia sirva de algo para evitar  los submarinos o sumideros de ilusiones.
            Que duda cabe que los efectos de la plazas de las ciudades, terminaran dando un vuelco a la política de florinete y pócima, para adentrarse en  metodologías del siglo XXI, donde el maquiavelismo trasnochado de paso a lo inteligente, sencillo, bello,  racional y ético. Donde en la competitividad desalmada para ascender, no quepa el florinete, ni la pócima; tampoco la corrupción para esquilmar los bienes de los países o de sus habitantes. Las plazas vivas, deben exterminar los tiempos de garduña en que vivimos y dar paso a otra mentalidad de hacer política
            Para empezar, dar salida a las propuestas tan sensatas que la Juventud propone: que los políticos sustituyan a los banqueros y dejen de ser un problema para el ciudadano, ellos por los cauces de una Democracia Real son los obligados a abrir caminos que mañana hemos de transitar y sin cambio de mentalidad pólitica, yo al menos, no les seguiré y, para mi, serán siendo el problema. 

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