Mañana.







               Hoy se ha derrotado a ETA y desde hace tiempo vengo diciendo que no era el problema, aunque lo era. El problema es donde aterriza ETA y ETA ha aterrizado, como no podía ser de otra manera, en la pista del mundo aberzale. Los vascos y muchísimos españoles se han alegrado por la consecuente liberación del pensamiento, hasta ahora secuestrado. La fuerza y la energía que han quedado liberadas del corsé de las pistolas tomarán intensidad y aprovecharán los cauces democráticos a los que tienen derecho y obligación de transitarlos.
            En el mejor de los casos, las energías liberadas se dirigirán hacía el federalismo, que será la meta de muchos más; catalanes, gallegos y de todos lo que sienten a España como un hermoso arabesco de encantados colores – perdón por lo superferolítico - . Lo que queda por andar es tremendo; por lo que supone de nuevo e ilusionarte y por lo que conlleva de superación de siglos de Historia – ya se intento hacer en la República- . Ahora, existe una madurez social que quizás permita abordar el escabroso tema y superar conceptos y ambigüedades en la definición de España para avanzar sin temores por el siglo XXI, con democracia, justicia y paz.  Será mañana.



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